Catarsis Paso III

En otra carta te dije que lo único que no soporto en la vida son las mentiras, toda la vida me han mentido. No esperes que confíe en nada de lo que me digas cuando incluso mi papá me lastimo el alma mintiéndole a mi madre, me hirió indirectamente. No puedo confiar, entiende.

Me acaban de dar el perfecto ejemplo de lo que es idealizar a una persona y te lo explico también para que tomes las decisiones correctas en tu vida siempre, me dijeron lo siguiente: “camina como pato, grazna como pato, nada como pato, vuela como pato, entonces no es una gallina”.

Después de ese ejemplo abrí los ojos y dije: “es cierto, no puedo seguir pensando en que un día será un pato porque es una simple y ordinaria gallina”.

Ya leí tu versión, ya te dije que te creo, pero la verdad esta clavada en mi cabeza y sobre todo en mi corazón porque yo la sé perfecto, no estoy tonta, pero si parezco.

No hay inseguridad en mi valor como mujer, mi inseguridad es que me hiciste sentir poco al ignorar mi dolor, mi tristeza en un proceso lleno de dolor físico y psicológico. Yo solo necesitaba una mano que estuviera agarrándome, haciéndome sentir segura un momento y no estabas.

No te culpo porque me sentía sola, vacía y sin vida sin ti, sin embargo, te culpo por saber de ese dolor y no estar cuando pudiste hacerlo, sé que podías.

Me han dicho muchas veces que cuando alguien te quiere y le importas hace lo imposible por estar contigo, ¿leíste bien? LO IMPOSIBLE.

Teniendo la solución en tus manos decidiste no hacer ni lo posible por mí, es ahí donde nace en mi esta desconfianza hacia cada palabra tuya. Ya no te creo nada.

Recuperar mi confianza es muy fácil porque cuando quiero a alguien soporto muchas cosas, pero hoy decido quererme un poquito más a mi y no volver a confiar en ti.