El sonido de tu cuerpo.

Cada día que pasa me sorprendo al valorar cada parte de ti.

Tus ojos suenan al amanecer, irradian tranquilidad, paz, armonía y ganas de vivir, ganas de iniciar el día con la mejor energía que existe. Es como ver el sol en tu mirada, ese sol que te dice “hoy es un buen día para sonreír siempre”, esos ojos matan de amor y felicidad.

Tus manos suenan al viento, cuando rozan mi piel siento y escucho al viento suave, tierno, fresco y llenas de sensaciones cada poro de mi piel, ese viento de primavera que trae consigo calma y paz.

Tu boca suena al mar, cada beso que me das lo siento infinito como el mar, no tiene límites, no conoce la paz, pero cuando dejas de besarme siento un enorme deseo de aventarme hacia ti y volver a sentirte. Cada beso tuyo es una ola enorme de las que amo sentir por todo mi cuerpo, esas olas que sientes que te van a matar, pero quieres correr el riesgo. Tienes besos que se sienten como cuando flotas en el mar, que llenan cada parte de mi cuerpo sin dejar un solo espacio libre para un rayo de luz, esos besos dulces que te hacen sentir en calma y sientes alivio.

Tu presencia es como un tornado, llegas y revolucionas mi vida, haces un desastre, pero eres totalmente necesario para limpiar mi vida de todo lo malo que hay para dejar espacio a cosas nuevas siempre, nuevos sentimientos, nuevos pensamientos, nuevas experiencias.

Tus pasos suenan a veces como a un terremoto, sacuden mi paz, pero sé que cada paso que das es firme y seguro para ambos. Sé que después de cada paso tuyo haces un espacio seguro y nuevo para que yo camine sin miedos porque tu arreglas todo para mí.

Tu sonrisa suena a veces al atardecer y a veces al anochecer en la ciudad más grande del mundo. Tu sonrisa del atardecer es suave, tranquila y me la regalas para sacarme una sonrisa a diario. Tu sonrisa del anochecer es estridente, muestras todos los dientes, escucho a veces tus pulmones de la emoción que te puede causar una película, un mal chiste mío e incluso mis tonterías diarias. Amo ambas en verdad.

Tu cabello es esa brisa de la mañana en un campo recién regado, es suave y tocarlo transmite tranquilidad para mis manos que lo tocan con amor, con el amor que siento por cada parte de tu cuerpo.