MI MATERNIDAD INCONCLUSA

¿Sabes cuantos años tengo pidiéndole a Dios por un milagro que no llega?

¿Sabes cuantas veces le cuestiono a Dios porque hay mujeres que no quieren a sus hijos, que no les dan el amor que yo tengo guardado para darle al mío, mujeres que solo los tienen por tenerlos?

He pasado noches largas y noches que se me hicieron cortas haciéndome mil preguntas, llorando, a veces gritando en mi almohada cuando he tenido las pruebas de embarazo negativa en mis manos o cuando incluso he perdido ese sueño.

He cuestionado a Dios por darle el privilegio de la maternidad a personas que no planeaban serlo, que no querían serlo, que solo se embarazan creyendo que podrán salvar sus relaciones y le pregunté muchas veces a Dios, ¿Por qué le das esa oportunidad a esos niños de nacer en esos lugares y no conmigo que sabes que el amor que tengo para darle lo he estado guardando por muchos años?, pero nunca tuve una respuesta a mis reclamos, al contrario, cuando dejé de reclamarle me empezó a dar los medios para lograr mi sueño.

Yo no pido que respeten mis sentimientos con preguntas tontas, porque al final de cuentas son mis sentimientos y ustedes son muy estúpidos, lo único que les puedo pedir es que siempre piensen en mi cuando intenten cuestionar a alguien sobre la maternidad.

Me han dicho tantas cosas como, “ya te queda”, “carga al bebe para que te caliente la matriz”, “¿Para cuando los tuyos?” y tantas cosas que al escucharlas solo puedo sonreír y contestar lo que normalmente decimos las mujeres que vivimos con este sufrimiento interno y lo disfrazamos con comentarios divertidos como el famoso: “salen muy caros”.

Dejé de juzgar a esas mujeres que dejan abandonados a sus hijos en orfanatos, que abortan y sé que es el cuerpo de cada uno, pero yo pensaba siempre que la vida de un feto también era importante y no dejo de pensarlo, pero he podido transformar mi dolor en comprensión, sororidad y empatía, dejé de cuestionar a Dios, a la vida, al karma le pedí mil veces perdón por todo lo que he hecho y hoy tomé las riendas de la situación.

He dejado de culparme por mis malas decisiones y de culpar a las personas que me hicieron creer que mis sueños eran una locura, he dejado poco a poco de sentir culpa por no poder darle a mi mamá y a mis abuelas el gusto de verme con una familia por dejarme llevar por las personas que en ese momento creí que eran importantes en mi vida, creía en esas personas ciegamente y dejé de confiar en mi olvidando muchos sueños que se quedaron en el camino.

Les cuento esta parte de mi que no hablo con cualquiera no porque quiera atención como creería cualquier persona, les cuento esto porque sé perfecto que hay más personas como yo, escondiéndose por miedo a externar este dolor con el que se vive día a día.

Quien ha visto una prueba de embarazo negativa en sus manos con el deseo de que fuera positiva sé que podrá entender lo que hoy les comparto y mi única intención es que sepan que somos muchas con este mismo sentimiento, problema y dolor, no estamos solas yo estoy contigo.